Cada vez que llega el aniversario de alguno de nuestros pequeños habitantes, no puedo evitar pensar en lo increíblemente rápido que pasa el tiempo, en como cambian y crecen sin apenas darnos cuenta.
Parece que fue AYER, cuando llegamos a casa con una diminuta Mishón luchando contra un herpesvirus que casi la hace perder uno de sus ojitos; pero al que como buena superviviente, logró vencer tras un largo mes de tratamientos, colirios y pomadas.
Aunque el dichoso virus le ha dejado el recuerdo de su paso, con un lagrimeo crónico, Mishón ha crecido llena de vida y feliz como cualquier otro cachorrillo, hasta convertirse en la preciosa panterita que es hoy.
Parece que fue AYER, cuando llegamos a casa con una diminuta Mishón luchando contra un herpesvirus que casi la hace perder uno de sus ojitos; pero al que como buena superviviente, logró vencer tras un largo mes de tratamientos, colirios y pomadas.
Aunque el dichoso virus le ha dejado el recuerdo de su paso, con un lagrimeo crónico, Mishón ha crecido llena de vida y feliz como cualquier otro cachorrillo, hasta convertirse en la preciosa panterita que es hoy.
Ese mismo 13 de abril de 2014, un desorientado Bilbo nos seguía hasta la puerta de casa.
Pensando que pudiera estar perdido le recogimos... y aquí sigue. Con la misma alegría y simpatía que nos regalaba ese primer día, aderezada con un poco de golferío (es lo que tiene la confianza), y unos evidentes kilos de más!!
Felicidades pequeñines y gracias por darnos tantos momento buenos durante este año.
Ahora a por el próximo!!
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