Segundo aniversario

Despedimos este mes de agosto echando la vista atrás.

Esta mañana me ha dado por recordar, que hace justo dos años vivimos el que sin duda ha sido el día más agotador hasta la fecha, estábamos.... ¡en plena mudanza!
Un sitio nuevo, una nueva casa con más espacio para darle una vida mejor a nuestra gran familia peluda, nuevas ilusiones y esperanzas. Parece increíble que hayan pasado dos años, han pasado tan rápido que ni siquiera me parece mucho tiempo, pero cuantas cosas hemos vivido en este tiempo y sobretodo... ¡cuanto ha crecido nuestra familia! tanto que ya casi necesitamos una nueva casa con más espacio :-)
¿Recordáis como era entonces La Casa de Mau? si queréis recordarlo solo tenéis que pulsar sobre el enlace. 

Pero aquel 31 de agosto de 2013, ocurrió algo más.
Tras pasar una semana angustiada, porque se acercaba el día de nuestra marcha, porque no había forma de que Romeo entrara en la jaula trampa y dejarle allí no era una opción. 
Esa misma mañana, llevada por la desesperación, me decidí ha coger a Romeo como fuera, me daba igual que me mordiera, arañara o quitara la piel a tiras, estaba decidida.
Todo fue tan rápido que aún hoy, no sé como lo conseguí. Supongo que Romeo también puso de su parte, porque nunca antes me había dejado acercarme tanto y menos ¡con una toalla en las manos! 
El caso es que en cuestión de segundos, le tenía cogido por el cuello y metido en el transportín, el pobre maullaba asustado y yo, con la adrenalina corriendo por mis venas y el corazón saltando de alegría en el pecho, me sentía la más feliz del mundo porque ya estábamos todos. 
Ahora tocaba amansar a la "fiera" y que se adaptara a vivir dentro de casa, no sería fácil, pero algo en mi interior me decía que lo conseguiría, porque Romeo aún habiendo pasado toda su vida en la calle, no era un callejero como los demás. Llevó su tiempo, pero poco a poco avanzaba, a los pocos meses estaba totalmente integrado con el resto de gaticos, un año después empezó ha dejar que le acariciara, al poco buscaba mimos y a día de hoy es uno de los gatos más buenos, dulces y cariñosos de La Casa de Mau.

Mi precioso Romeo, gracias por regalarnos tu cariño cada día, por permitirnos ser tu familia y por todos los años que vendrán. 

¿Se puede ser más dulce?

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