Ni un libro, ni una rosa; el regalo más especial que tuvimos el 23 de abril de hace hoy siete años fue una diminuta, bellísima y ya por aquel entonces, carismática gatita.
Y así, como si el tiempo no hubiera hecho mella, continúa siendo a día de hoy nuestra Shonyi.
Por muchos años más juntas, te quiero princesa
Comentarios
Publicar un comentario