El sanador de corazones

Desde hace unos días siento que mi fuerza se va gastando, cada día un poquito más, como una vieja batería.
Me siento tan cansado que incluso muchas veces me cuesta comer las latitas que tanto me gustan o correr para saludar a mami, aunque lo sigo haciendo, reuniendo todas mis fuerzas para dar unos bocados o esperarla junto a la puerta y restregarme contra sus piernas mientras ronroneo.
Lo hago tratando que sienta cuanto la quiero, porque aunque ella trata de disimular, sé que mami está preocupada por mí y no quiero que se ponga más triste.

Mami me dice que soy un gato increíble, tan valiente (o más) y adorable como #Alfie el gatito protagonista de un libro que me está leyendo estos días. Me encanta escuchar sus aventuras recostado sobre su regazo, mientras me acaricia... Alguna vez hasta me he dormido escuchándola y he soñado que yo también curaba corazones, especialmente el de mi mami. 

En esos momentos sólo puedo pensar que ojalá ese instante no acabara nunca. 

Comentarios