El día 13 para muchas personas es sinónimo de mala suerte, para mí siempre había sido una fecha como cualquier otra, pero en 2011 esto cambió, porque en el trascurso de 3 meses perdí a mis dos pequeños leucemicos, ambos me dejaron para siempre un día 13.
Aún así, continuo sin considerarlo un día de "mala suerte" porque fue también un día 13, más concretamente un viernes 13, cuando llegó a mi vida un auténtico ángel, mi pequeño Yuki
Hoy hace dos años que llegó, como un acogido más, para recuperarse de un fuerte golpe en la cabeza, aunque realmente nunca fue como los demás, recuerdo que nada más salir del transportín se me encogió el corazón y entre lágrimas supe que no podría dejarlo marchar, parecía tan desvalido, tan indefenso.... pero en pocas horas me demostró que era todo un luchador, que no necesitaba compasión, ni ningún trato especial y así ha sido hasta hoy.
Era simplemente un cachorrito que necesitaba jugar y explorar como los demás, aunque le costara llegar, siempre alcanzaba su objetivo.
Así robó mi corazón y el de todos los que le conocen, desde entonces ha sido el mejor de los "papis" de todos los bebés que han ido pasando por casa o un dulce hermano para el resto y por eso todos sus compis felinos le adoran, tanto o más que yo misma.
Yuki, al igual que otros muchos pequeños (cojos, ciegos, enfermos, positivos) que han pasado por mi vida, a los que muchos consideran discapacitados, me han demostrado que no lo son en absoluto, simplemente porque ellos no se sienten diferentes, ni incapacitados para actuar como cualquier otro gato y os puedo asegurar que son tan válidos y felices como cualquier otro.
Te quiero mi pequeño ángel!!!
Aún así, continuo sin considerarlo un día de "mala suerte" porque fue también un día 13, más concretamente un viernes 13, cuando llegó a mi vida un auténtico ángel, mi pequeño Yuki
Hoy hace dos años que llegó, como un acogido más, para recuperarse de un fuerte golpe en la cabeza, aunque realmente nunca fue como los demás, recuerdo que nada más salir del transportín se me encogió el corazón y entre lágrimas supe que no podría dejarlo marchar, parecía tan desvalido, tan indefenso.... pero en pocas horas me demostró que era todo un luchador, que no necesitaba compasión, ni ningún trato especial y así ha sido hasta hoy.
Era simplemente un cachorrito que necesitaba jugar y explorar como los demás, aunque le costara llegar, siempre alcanzaba su objetivo.
Así robó mi corazón y el de todos los que le conocen, desde entonces ha sido el mejor de los "papis" de todos los bebés que han ido pasando por casa o un dulce hermano para el resto y por eso todos sus compis felinos le adoran, tanto o más que yo misma.
Yuki, al igual que otros muchos pequeños (cojos, ciegos, enfermos, positivos) que han pasado por mi vida, a los que muchos consideran discapacitados, me han demostrado que no lo son en absoluto, simplemente porque ellos no se sienten diferentes, ni incapacitados para actuar como cualquier otro gato y os puedo asegurar que son tan válidos y felices como cualquier otro.
Te quiero mi pequeño ángel!!!
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