Perrica loca

Ay...
Tara, Tara... mi perrica loca.
No podemos bajar la guardia contigo, aunque lleves meses tranquila, incluso más de lo normal o tus crisis de ansiedad hayan bajado notablemente de intensidad.
De repente, no sé que pasa por tu cabeza que te enzarzas en una lucha sin razón aparente.

No te haces una idea de lo mal que lo pasamos todos, primero por veros pelear, por el estrés de separaros cuanto antes, tratar de alejar a los más pequeños para que no sufran "daños colaterales " y cuando todo queda atrás, las heridas, menos mal que suele ser mucho ruido para pocas nueces y apenas caen un 1 o 2 dentelladas, pero que mal rato!! Cuanto dolor innecesario.

Peor aún cuando después te miro y veo esa mirada en la que creo ver el arrepentimiento más profundo, incluso te acercas a lamer las heridas del pobre Kun como pidiendo perdón.

Y entre todo ese estrés, no puedo evitar sentir tristeza por tí, por los traumas que arrastras de esos primeros meses de vida  que desconocemos, por lo que debiste pasar antes de cruzarte en mi camino y por los impulsos que se apoderan de tí de tanto en tanto.
Tristeza, sí, pero también alivio, porque si aquel día del que ya han pasado cuatro años, no hubiera tropezado contigo, no sé que habría sido de tí, porque a pesar de los problemas, a pesar de los disgustos, en el fondo eres noble, leal y divertida. Porque los buenos momentos siempre pesan más que los eventuales malos ratos, pero sobretodo porque te quiero y siempre te querré, mi perrica loca.

Comentarios