Melissa y su prole. Todos únicos e irrepetibles.

Ayer celebramos el cuarto aniversario de Melissa y su prole en #LaCasadeMau
Cada vez que los miro no puedo evitar pensar en lo diferentes que son, aún pareciéndose mucho y en lo absurdo de generalizar, ya sea sobre gatos, perros o cualquier otro ser vivo (incluidos nosotros mismos).
De la mamá, Melissa, no sabemos su pasado; como casi todos nuestros peques, cuando la conocimos llevaba tiempo en la calle, quizá nació allí o puede que llegara a ella más tarde; sea como fuera, siempre ha sido una gata dulce y cariñosa.
Sus hijit@s en cambio, llegaron con apenas 15 días de vida, han crecido en casa, con todas sus necesidades cubiertas y queridos, los cuatro tratados por igual y los cuatro con su propio carácter:
- Kiwi (panterita), es muy juguetón e independiente, no le gustan las caricias, solo tolera que le rasque la base del rabo cuando a él le apetece.
- Fresa (a su lado en la foto), en cambio es todo mimos, la típica gata empalagosa que maulla detrás de tí para que le hagas caso.
- Cherry (abajo), es muy miedosa, huye si te acercas demasiado y solo acepta mimos si hay latita por medio y con cuentagotas.
- Mango (el rubito de la puerta), podría decir que está en la "media", es juguetón y cariñoso pero sin pasarse, vamos, que se acerca a por su ración de mimos y al ratito sigue a lo suyo.
Como veis, pensar que todos los gatos son iguales es absurdo, cada uno nace con su propio carácter, independientemente de sus circunstancias, debemos aprender a respetarlos y amarlos como son.


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