Aniversarios Abril: Shonyi, Mishón y Bilbo

Tras ocho días, Neón continua estable.
No ha tenido más crisis respiratorias, pero tampoco hay mejoría: sigue tomando medicación, cada día tengo que ponerle suero, se mueve lo justo por la habitación ya que con unos pocos pasos se cansa y aunque muestra interés por la comida, tan solo es capaz de dar un par de bocados.
Me temo que nos queda poco tiempo juntos, pero mientras él quiera seguir, estaré a su lado todo el tiempo posible.

Con semejante panorama, entenderéis que no andamos con demasiado ánimo para festejos, pero no quiero entristecerme, estoy feliz por todos los momentos que hemos compartido estos años y los que aún nos quedan, es tan solo otra etapa más de la vida y sé que de algún modo siempre estaremos juntos. Es ley de vida.

Como ley de vida es que nuestros peques (que siempre lo serán por muchos años que cumplan), siguen haciéndose mayores.
Este mes de abril celebramos tres aniversarios cargados de carácter, pero ¡que no os engañen! También tienen su lado "ñoño" y disfrutan de las caricias como el que más.

Empezamos por Shonyi, que celebra hoy su décimo aniversario.
Llegó siendo una renacuaja del tamaño de la palma de mi mano, aunque ya entonces hacía gala del tremendo carácter que la caracteriza. En unos pocos días se convirtió en "el terror" de sus hermanos mayores, "la jefa" de La Casa de Mau.
La pobre no llevó demasiado bien el crecimiento tan desproporcionado de nuestra peculiar familia, ¡es muy estresante controlar a tanto gato!
A pesar de todo sigue siendo una gatica super cariñosa, a la que le encanta una buena sesión de mimos, casi tanto como una latita de atún.
¿Alguien ha dicho atún?

La semana pasada, tuvimos doble aniversario, se cumplieron 5 años de la llegada de Mishón y Bilbo.
Unos supervivientes natos, que comparten un carácter fuerte a la par que tierno y juguetón.

Mishón llegó siendo aún lactante, la encontraron maullando desesperada en una playa en mitad de la noche, con los ojitos llenos de pus y una tremenda infección respiratoria.


A Bilbo lo encontramos en la puerta de casa; poco después supimos que estuvo durante todo un año sobreviviendo en la calle.



Tres luchadores, tres fuerzas de la naturaleza de los que espero disfrutar muchos, muchos años más.
¡Felicidades preciosos!

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