Aniversarios White y Brandon

Ponemos el broche de oro a Junio con el aniversario de uno de nuestros super mausitos con enfermedad crónica, en esta ocasión es además protagonista de uno de esos cambios espectaculares que siempre nos dejan asombrados por la infinita capacidad de superación que tienen estos pequeños en cuanto se sienten un poco queridos.

Brandon llegó dos días después de White, tuve que reubicar y buscar como meter un segundo gatín en cuarentena, pero no podía dejarlo en ese estado: los ojos pegados y la nariz taponada de mucosidad por una rinotraqueitis bestial (que le ha dejado un poco afectados los pulmones), desnutrido y con una patita colgando, porque debido a algún traumatismo se le había roto la unión del hueso de la pata con la cadera.
¡Imaginad la fortaleza que hay que tener para sobrevivir en ese estado en la calle siendo un cachorrín de apenas 2 meses!
Por suerte nuestro Brandon la tuvo y hoy, 5 años después, es un bellezón impresionante, cariñoso a más no poder y un poco loco a veces, ¡hasta se olvida de su cojera para saltar, correr y trepar como sino hubiera un mañana! 


También el viernes celebramos el quinto aniversario de White.
White era un pequeñajo todo orejas y patas, precisamente sus patitas eran su tortura ya que además de alguna otra heridita, el pobre tenía las almohadillas totalmente abrasadas, hasta el punto que los primeros días dejaba huellitas de sangre cada vez que andaba o se quitaba alguna costra.
Aún así, pocas horas después de llegar a casa ronroneaba como un loco y buscaba estar en brazos.
No sabemos que le ocurrió, ni si a consecuencia de aquello tiene los problemillas (principalmente dérmicos) que suelen brotar cada x tiempo. Precisamente la semana pasada se le inflamó la zona del lagrimal y ahora tiene esa mejilla con un pequeño eccema.
Sea como sea se ha convertido en todo un bellezón, igual de simpático y cariñoso que cuando era un cachorrín, aunque con algunos kilillos más.


Como os decía, dos super mausitos que a pesar de su corta edad hicieron frente a sus dificultades.
¡Felicidades pequeñines y gracias por enseñarme tanto!


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