Cuando White llegó, tenía poco más de dos meses, unos enormes ojos azules y sus patitas abrasadas. No sabemos que pudo ocurrirle, tan solo que lo encontraron, solito en un jardín con las almohadillas ensangrentadas y diversas heriditas en su cuerpecito.
A pesar de todo, se mostró súper cariñoso desde el primer instante, tan solo quería jugar, correr y recibir mimos, como cualquier cachorrito de su edad.
Y así ha seguido siendo.
Hoy, White, cumple siete años y sigue siendo el mismo "conejito" adorable, aunque cuatro veces más grande. 😸😸
¡Por muchos años más, conejito! ❤️
Brandon, llegó a los dos días de recoger a White. En aquel momento, teníamos más de cuarenta gatos en casa, nueve perros y cero espacio, pero... ¿como dejar a este pequeñín en semejante estado? un diminuto saco de huesos, con una tremenda infección que apenas le permitía respirar o abrir los ojos y que para colmo, tenía una fractura en la cadera por la que una de sus patitas traseras estaba prácticamente colgando.
Su esperanza de vida, en el lugar donde estaba, era nula, así que tocó hacer malabares para acomodarlo en casa mientras se recuperaba.
Hoy, se cumplen siete años de aquel día, ya no queda más que unos pulmones "tocados" y una ligera cojera, de aquel gatito al que daba miedo tocar de lo frágil que parecía.
¡Por muchos años más, Brandon! ❤️
Comentarios
Publicar un comentario