Amaneceres que te cambian la vida

Kenzo estaba tan impaciente por llegar a nuestra vida, que no dudó en despertar a medio vecindario con sus maullidos; eran tan fuertes, que no pude evitar saltar de la cama y salir de casa en pijama para ver que ocurría. Amanecía en la calle desierta y allí estaba él, un enano que entraba en la palma de la mano correteando delante de la puerta de casa. 

De aquel día, hoy se cumplen nueve años, casi una década, en los que Kenzo ha pasado de ser un cachorrito descarado a todo un señor gato: dulce, bueno, cariñoso, guapo... Además de un catmodel de primera, como podéis comprobar.

Por muchos años más negrico mío  ❤️❤️

Comentarios