A por el octavo

Celebrar aniversarios siempre es una alegría, pero este año, ¡mucho más!
Recordar los meses que pasó tan malito el año pasado, parece un mal sueño: decenas de visitas veterinarias, pruebas y más pruebas, perdió la mitad de su peso y de su pelo, hubo que extraerle la dentadura, tomaba varias medicaciones diarias, comia con jeringuilla, no tenía fuerzas ni para moverse... En algún momento, incluso pensé que no lo lograría.
Por eso, ver hoy a Donovan así de: estupendo, cariñoso, juguetón y tan trasto como siempre, es el mejor de los regalos.
¡Por muchos años más, bichín! ❤️❤️

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