Nuestro pequeño Peter Pan sigue cumpliendo años.
Trece, desde aquella tarde en que corrió desesperado hacia nosotros, le encontramos solito en pleno monte junto al cadáver de su hermano y él agotó sus últimas fuerzas en llamar nuestra atención.
¡Casi no se le veía! Un pequeñajo todo piel y huesos, que no tendría ni dos meses de vida.
Que gran consuelo sentirse a salvo en la palma de una mano, más de media hora de camino hasta casa, recostado en ella, apoyado contra mi pecho, sin moverte, depositando toda tu confianza en unos desconocidos.
Robando desde aquel primer instante nuestros corazones con tu alegría ilimitada.
Con los años has ganado kilos, un pelo brillante y un montón de hermanos, pero esa alegría que proporciona la inocencia, sigue contigo y nunca la perderás.
Por muchos años más mi pequeño Chispi ❤️❤️
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