Dos añitos, Buddy

Hoy, se cumplen dos años del día, que este señorito al fin se decidió a confiar y dejarse ayudar.

Llevaba días merodeando por la zona, pero mantenía la distancia, gruñendo de puro miedo. Con respeto, espacio y varias latitas después, mi pareja pudo acariciarlo por primera vez y atraerlo hasta casa. En el momento que estuvo dentro, se rindió completamente, tanto física como emocionalmente: pasó días sin apenas moverse de la cama, durmiendo como un bebé. El pobre, era un esqueleto, con heridas causadas por la leishmania y el tiempo en la calle; al segundo día, sufrió un desvanecimiento mientras comía por la misma debilidad y falta de oxígeno, pero aún así, sacaba fuerzas para acercarse, apoyar su cabezota y recibir caricias.

Poco a poco, la expresión de su cara empezó a cambiar, sus ojos abandonaron la tristeza, descubrió: los juegos, los paseos, jugar fútbol, destripar peluches y "explotar" camas. En definitiva, a ser el perro feliz que siempre debió ser. 

Dos años, que parecen toda una vida y que esperamos, sean muchos más.

Te quiero, Buddy ❤️

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