Hace dos semanas, encontré a Bollito en el patio de casa, tres veces salí para dejarle en la colonia y él, empeñado en seguirme, trepando por mis piernas y ronroneando; fue el mismo día que falleció Lizzie, así que, como tenía prisa por sacar a los perretes y dejar arreglada la zona felina, lo metí en casa.
Estos quince días han sido una locura: enfermedades, urgencias, castraciones, despedidas... Bollito, ha sido un pequeño estresor más, ya que el pobre tenía que esperar ratos libres en que pudiera sacarle del jaulón, pero también ha sido un rayo de alegría.
Hoy, hemos tenido que llevarle de urgencia al veterinario, porque ha estado dos días vomitando y sin comer nada desde ayer por la mañana; los tratamientos habituales (dieta, protector de estómago), no le han hecho efecto, así que estábamos bastante preocupados. Por suerte, parece que solo se trata de una gastritis, bastante fuerte, pero al menos nada grave. Le han pinchado tratamiento, que repetiremos mañana y de momento, no ha vomitado de nuevo, así que, espero pronto recupere el apetito y esté como nuevo. 💚💚
Aunque mi intención era esperar un poco más, hemos testado y ha resultado negativo, así que, en cuanto se recupere empezaremos presentaciones con sus nuevos compañeros.
Cruzamos patitas para que todo salga bien. 🍀🤞
Además de la consulta de Bollito, tocaba comprar algunas medicinas crónicas: suplemento renal para Monike y la medicación para el hipertiroidismo de Chispi.
Por favor, te necesitamos para seguir ayudándoles. Échales una patica
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