Hace siete años, esta pequeña sinvergüenza, apareció en el trabajo del humano buscando comida. Le consiguió "acogida" con una compañera, que a los dos días (literal), pasó de estar encantada, a tener que salir corriendo a última hora de un viernes para traerla a casa.
Esa noche y el día siguiente, los pasó un poco asustada, pero poco a poco fue soltando su verdadero carácter y aunque es la más pequeña entre los perretes, ¡los tiene dominados a todos! 😹
Que disfrutemos muchos años más de tus locuras y amor incondicional.
Te queremos, Fibi 🎉❤️
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