Mei, ha estado en casa dos veces en menos de una semana, por cuestión de "mala pata".
La primera vez, por un golpe en una pata trasera del que se recuperó con dos días de descanso y a los pocos días de liberarla, apareció cojeando con un mordisco en una pata delantera.
Después de varios días sopesando todos los pros y contras, darle mil vueltas a la cabeza y con la situación que tenemos en casa; el jueves, decidí que lo mejor era retornar a Mei e incluso montarle alguna caseta en el patio, ya que pasaba aquí casi todo el tiempo, escondiéndose de Rómulo, peeeero, la pequeñina tenía otros planes. Es una gatita muy miedosa y verse tranquila en una casa ha sido un descubrimiento para ella. 😅Esta vez, no desapareció nada más abrirle, se quedó por el patio y empezó a maullar asustada. Me senté para ver que hacía y se acercó corriendo. El final, podéis imaginarlo... Aunque cuidamos de todos los bollitos de la colonia exactamente igual que a los mausitos de casa, me encogía el corazón verla así de asustada. Fueron un total de 5 minutos los que pasó fuera, pero desde que volvió es aún más cariñosa y se muestra más activa, ahora toca esperar unos días más para poder testarla y cruzar patitas para que se adapte bien con el resto. ¡Bienvenida a casa, Mei!
**Suma tu patica y ayúdanos a seguir mejorando sus vidas 🐾.
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