Todo quedó en un susto

Como sabéis el año no empezó con buen pie.
Especialmente para Owen, ya que los Reyes Magos debieron confundirlo con un malote (a él que es la bondad hecha gato) y le trajeron una obstrucción urinaria por la que tuvo que pasar esa noche tan mágica en urgencias.
Por desgracia, la cosa no quedó ahí y tras pasar los siguientes dos días tranquilamente en casa con su tratamiento para la cistitis y dieta para disolver los cristales de estruvita, el jueves día 9 volvimos a la clínica, esta vez tuvo que quedarse ingresado para hacerle una pseudo dialísis, ya que presentaba un fallo renal agudo.


Primera analítica, la creatinina estaba tan alta que no la leía la máquina

Al día siguiente volvimos para visitarle y lo encontré bastante estresado, de hecho me dijeron que no había comido nada desde que ingresó. Menos mal que suelo ser previsora y además de una de sus camitas, una manta (para que tuviera su olor), también llevé varias latitas de distintos sabores, así que tras una larga sesión de mimos, abrí un par de esas latitas que comió con verdadera gana.
Ese fue nuestro ritual durante los siguientes días, aunque suponía emplear toda la mañana porque la clínica nos pilla a 40 minutos en coche (más otros 40 de vuelta), esas 1-2 horitas que podía pasar con Owen le subían el ánimo y dicho sea de paso también servían para quedarme más tranquila, porque en casa mi mente no dejaba de pensar en como estaría, si lo pasaría mal o estaría estresado.
Más aún conociendo su carácter, ya que Owen es un gato hiper sociable, además su anterior familia le tuvo durante varios meses solo en un piso, tiempo en el que lo pasó tan mal que llegó a tener una seria depresión, por ese motivo llegó a nosotros y por ese motivo no soporta estar solo.

Tras pasar dos días con suero, el sábado tocaba la primera analítica de control y el segundo "susto" ya que la evolución no era la deseada... el veterinario no quiso darnos muchas esperanzas pero no quise perderlas, ni mucho menos pensar en tirar la toalla.

 Segunda analítica 

Y así llegamos al lunes, con el corazón en un puño hasta que la veterinaria vino hacia mí nada más entrar por la puerta para enseñarme la tercera analítica ¡los valores ya eran casi normales! Tan solo la creatinina seguía un poquito alta, pero nada exagerado, así que podíamos marchar a casa.

Que ya estoy bien ¿Nos vamos o que?
 Tercera analítica, al fin resultados positivos
Facturas de los cuatro días de hospitalización
Como en casa en ningún lado

En casa Owen volvió a ser el mismo: animado, bebiendo y comiendo muy bien, haciendo pis con normalidad, todo perfecto. Aunque faltaba regresar para la última revisión, la prueba definitiva, ver si los valores se mantenían tras dos días sin suero continuo y no es que se mantuvieran,... incluso ¡habían bajado un poco más! Así que, alta definitiva y podemos dar por superado este fallo renal.

En esta ocasión, todo ha quedado en un gran susto pero el final podría no haber sido tan feliz, sino hubiésemos actuado con rapidez. Por eso, nunca me cansaré de repetir que debemos estar pendientes y ante cualquier cambio en el comportamiento de nuestros peques, acudir inmediatamente al veterinario, especialmente en el caso de los gatos ya que son muy hábiles ocultando problemas de salud. 
Si vuestro gato: orina fuera del arenero, entra muchas veces seguidas y no hace nada o muy poquito, se queja, se lame mucho sus partes... ¡NO ESPERÉIS! Acudid, aunque sea a una clínica de urgencias porque puede ser la diferencia entre un final feliz, un agravamiento de la situación o incluso algo peor :-( 

¿Otra vez aquí? Pues yo no pienso quedarme
 Cuarta analítica ¡Fallo renal superado!


Entre la factura de la noche de urgencia, la hospitalización, el pienso renal,... en esta semana hemos invertido más de 340€ en la recuperación de Owen, por no mencionar las compras de arena, comida para el resto de gaticos, para los perretes y dos nuevos transportines que necesitábamos. 
Si queréis echarnos una patica para que los mausitos tengan el "lomo" cubierto, podéis hacerlo con solamente 1€ mensual en Teaming. ¡Gracias!


                             

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